En los últimos años, se ha comentado mucho el término «Industria 4.0», indicando que marca una nueva revolución industrial, y enlazándolo con muchas tecnologías emergentes. Pero, ¿en qué consiste exactamente? ¿cómo afectará a nuestra vida cotidiana? En esta entrada, lo vamos a ver.
Todos somos clientes de alguien; de nuestros restaurantes favoritos, de nuestro supermercado, de nuestras redes sociales (sí, aunque no paguemos en metálico, estamos intercambiando nuestros datos por el servicio que nos ofrecen), etc. Si hacemos una instantánea de las cosas de las que éramos clientes hace 20 años, y de las que somos ahora, veremos que muchas cosas han cambiado. Quizás lo más importante es que en la instantánea actual, aparecerán muchos basados en Internet. En otras palabras, nos estamos acostumbrando a la inmediatez, la personalización y la simplicidad de los intercambios electrónicos.
Un buen ejemplo de ello es el triunfo de Inditex, que basa su éxito en gran medida en la fabricación de prendas de tirada pequeña y una adaptación ágil a los cambios de la moda. Otro sonado éxito empresarial es, cómo no, Amazon, que permite la compra de bienes y su recepción en apenas uno o dos días. Para muchas personas, supone una mayor inmediatez que encontrar un hueco en su apretada agenda, acudir al punto de compra más cercano y hacer cola para pagar. Personalización y además inmediatez, son las claves de la demanda del mercado actual.
Esto no ha pasado desapercibido a los fabricantes de bienes manufacturados, que han empezado a incorporar esas características a sus procesos industriales. Para ello, los procesos deben ser ágiles; es decir, capaces de cambiar características de los productos con un bajo coste de cambios en las líneas de producción. Deben ser capaces de producir tiradas pequeñas (incluso individuales) sin que ello aumente los costes marginales. Si bien esto suena simple; es un gran desafío para una industria basada desde hace décadas en la producción en masa y el ahorro de costes por volumen.
Y aquí es justo donde entra la Industria 4.0. ¿Por qué 4.0? Empecemos por la «1.0», o la Primera Revolución Industrial (segunda mitad del siglo XVIII), se inició gracias a la irrupción de tecnologías como el motor de vapor, nuevos procesos de fundición y nuevos procesos químicos, y supuso la adopción de las máquinas frente a la artesanía. La Segunda Revolución Industrial (finales del Siglo XIX) vio la adopción de nuevas fuentes de energía como los combustibles fósiles o la electricidad, la expansión de los medios de transporte terrestres (el ferrocarril y el automóvil) y la invención de las líneas de producción. La Tercera Revolución Industrial (segunda mitad del Siglo XX) se produjo gracias a la irrupción de la electrónica (gracias a los semiconductores) y la informática en la industria. La Cuarta Revolución Industrial, que se inicia ahora, a inicios del Siglo XXI, supone la adopción de nuevas tecnologías con el fin de, como se ha mencionado antes, conseguir una industria más cercana a las necesidades del consumidor.
Las tecnologías que caracterizan la Industria 4.0 son, principalmente, las siguientes:
- Conectividad: las tecnologías de red permiten la rápida comunicación entre las máquinas, los trabajadores, el software de planificación, etc. Incluso pueden hacer partícipe al cliente de los procesos de fabricación. Dentro de este grupo, las redes inalámbricas juegan un papel especialmente relevante; con redes nuevas orientadas a las comunicaciones tipo máquina, como SigFox, LoRA o, por supuesto, 5G.
- Robótica y sistemas ciberfísicos: la creciente complejidad de las tareas requiere unos grados de automatización mayores y más sofisticados. Los sistemas ciberfísicos combinan mecánica con informática, dando lugar a máquinas como los robots que facilitan la labor de los trabajadores y reducen su exposición a tareas arriesgadas o las impresoras 3D, que permiten la fabricación de piezas individuales parametrizadas.
- Sensores de bajo coste: la utilización de máquinas cada vez más complejas implica la necesidad de monitorizar cada vez más procesos. Variables tales como la humedad, vibraciones, etc. pueden influir en la calidad del producto final.
- Big Data: la analítica de datos es clave en la nueva industria para conocer las necesidades de los usuarios, monitorizar procesos y detectar ineficiencias.
Todas estas tecnologías se están desarrollando para dar lugar a una industria que responda mejor a las necesidades de los usuarios, que sea más eficiente, económica y ecológica. Como consecuencia, en los próximos años, seguramente veremos nuevos productos, con una presencia cada vez más importante de personalizadores y un seguimiento cada vez más detallado y preciso.